Por una practicante chilena

Mi nombre es Verónica, tengo 54 años y practico Falun Dafa desde hace tres.

Gracias a la suprema generosidad del Maestro Li Hongzhi y a la amabilidad de un grupo de practicantes aprendí los ejercicios y comencé a leer Zhuan Falun, en Columbus, Ohio, Estados Unidos, en Mayo del pasado año 2000.

Instantáneamente supe que Falun Dafa era lo que había buscado toda mi vida. Comprendí muy luego la importancia de tener un Maestro y un guía. Y me quedé desde entonces en Dafa.

Mi llegada a Falun Dafa me permitió un momento de pura práctica de cultivación relativamente corta, suficiente como para entender que había un período de rectificación y que nosotros los discípulos de Dafa participábamos activamente en esto.

Diferentes circunstancias de mi vida me han llevado a vivir en Chile y en Estados Unidos. Lo que hoy veo no es casual. Fue allí donde aprendí Dafa, y es aquí donde lo estoy compartiendo y clarificando la verdad. Es acerca de qué acciones he tomado, que hablaré hoy.

Desde el 2000 he estado en tres ocasiones en Chile, la primera vez cuando estuve 3 meses, estaba comenzando y me dediqué a ser determinada en la práctica misma. Aunque no tenía aún incorporada a mis actividades las del período de Rectificación, estuve compartiendo con los miembros de mi familia, con amigos y con quienes me rodeara, los beneficios que yo había encontrado en Dafa. Algo que veo le sucede a todos quienes comienzan nuestra práctica de cultivación. Me sentía mejor física y mentalmente. Había podido desprenderme de la adicción que mantuve durante 7 años por los fármacos para dormir, no necesitaba ya más el tratamiento hormonal, ni las remedios para el colon, o el reflujo, en fin… Además, mi mal genio ya no era tal. Entonces habían cambios evidentes para quienes me conocían. Mi madre, a pesar de ser católica, aprendió un par de ejercicios, reconoce que Falun Dafa es buena e incluso recomienda su práctica, lo mismo hacen varios de mis hermanos. Cuando quienes nos rodean ven los cambios que nosotros experimentamos, se dan cuenta del poder de Dafa.

En el 2001 regresé nuevamente por seis meses. En esta ocasión un grupo de 4 practicantes de Canadá, Taiwan, México y Estados Unidos vinieron a Sudamérica para dar a conocer la verdad sobre la persecución en China, iniciaron su viaje en Chile, el cual coincidía con un viaje que hizo Jiang Zemin.

Llegamos a Chile todos juntos y se alojaron conmigo. Su participación fue muy importante para mi. En Estados Unidos ya había participado junto a los practicantes locales, en actividades de difusión de Dafa y de clarificación de la verdad. Hasta entonces, yo sentía vergüenza de practicar en una plaza pública en mi ciudad natal, pero no así en Estados Unidos. O estaba dispuesta a hacer demostraciones en lugares públicos como Bibliotecas comunales o en ferias callejeras. Al ver la determinación de estos practicantes visitantes, al sentir lo recto de sus acciones, cuán claramente seguían sus planes y cómo los realizaban sin aceptar los inconvenientes, me di cuenta de la inutilidad de mis apegos

Estos practicantes estuvieron en Santiago sólo dos días. Cuando se fueron, comencé a practicar los ejercicios en una plaza cercana a mi departamento y a la estación del Metro. Desde entonces mantuve ese como el sitio de práctica, en épocas de lluvia y frío he usado el lobby de un edificio cercano. Con ese impulso seguí adelante sola, con mucha determinación para sortear esos momentos en que nadie se acercaba o nadie recibía mis volantes. Quienes habían comenzado algunos sitios de práctica me habían advertido que es así, hay quienes vienen y se van, algunos se quedan por un tiempo y luego desaparecen. No hay intención en Dafa, clarificar la verdad a través de medios de comunicación fue algo que hice a través del teléfono, de paquetes informativos y de e-mails, y en ciertas ocasiones en forma personal con medios de comunicación. Pero cada vez que hablo acerca de Dafa (por lo menos una vez al día a alguien nuevo) clarificaré la verdad.

Nuevamente en los Estados Unidos, me mantuve enviando la información a través del Internet a la prensa chilena, y a los diferentes medios de comunicación y con autoridades.
Siempre informando acerca de los acontecimientos descabezados de la persecución y pidiendo ayuda a las autoridades para pedir la detención de los abusos a los derechos humanos. Las direcciones se encuentran disponibles si las pedimos por teléfono o si las buscamos en Internet.

Participar con el grupo local de la ciudad de Columbus, ir a las conferencias en diferentes ciudades a escuchar a otros practicantes compartir sus experiencias y aprender de estas circunstancias me inspira a diario en la soledad que tengo en Chile. Uso el e-mail para relacionarme con otros practicantes, para leer acerca de sus entendimientos, para colaborar con proyectos comenzados en otros países. También he usado las tarjetas telefónicas de prepago. Con ellas me comunico con algunos otros practicantes y aunque sea un momento corto recibo mucha ayuda en la interaccion.

Ha sido importante reconocer la ayuda que somos los unos para los otros en esta nuestra comunidad de practicantes de Dafa. Ofrecerme de voluntaria para demostrar los ejercicios en una caravana, participar en la escuela Minghui de los niños, traducir artículos para las diferentes propósitos, estar siempre dispuesta a distribuir los volantes en la calle en medio de una demostración, y otras actividades me sirven para acordarme cuando estoy prácticamente sola en Chile, que todas las acciones son válidas cuando estamos clarificando la verdad. Hubo momentos en que pensaba que yo no hacía nada importante… luego supe que el aporte aunque sea pequeño es el eslabón que se necesita para que acción se complete. No hay más o menos importantes, somos todos un solo cuerpo y mientras sean rectas, las acciones son válidas.

A veces caigo en autocomplacencia o en auto exigencia, ambos son apegos. La autoexigencia es para mi un ruido mental que no necesariamente me conducirá a tener acciones rectas, sino a tener una recurrente conversación personal e interna que repito incesantemente y que no conduce a nada. Entonces, cuando he estado así, envío con mayor periodicidad pensamientos rectos.

Cuando regresé nuevamente en Octubre del pasado 2002, un medio de comunicación me contactó para hacer un pequeño artículo. Este artículo fue fundamental para atraer a quienes esperan encontrar a Dafa. Mi intención era clarificar la verdad y brindar salvación aunque sea a la persona que abrió el e-mail. Sin embargo, que estos artículos se publiquen no son coincidencia ni son fruto Sólo de nuestro empeño. Nosotros realmente no estamos solos, el Maestro siempre está con nosotros.

Hay momentos en que me siento débil, en el que creo que no voy a poder seguir sola haciendo esto y es cuando me doy cuenta que no he sido seria enviando pensamientos rectos. Es así como he visto desaparecer mi sensación de angustia o como la reunión que pedí finalmente se concreta. El mensaje de algún practicante llega justo en ese momento o puedo ver a mi alrededor diferentes señas que me indican el camino a seguir.

Cuando envío pensamientos rectos, experimento mucha paz, pero no veo ninguna manifestación visual. No necesito esas manifestaciones para saber que lo que hago es lo correcto y lo que debo hacer en este período de rectificación. El Maestro ha insistido, debemos estudiar Zhuan Falun, enviar pensamientos rectos y clarificar la verdad.

Lo que estoy compartiendo con ustedes hoy ha de ser similar para muchos quienes nos encontramos en situaciones parecidas, es por eso que el que nos juntemos hoy a compartir tiene una especial validez. Cultivar Verdad Benevolencia Tolerancia, es una manifestación de rectitud, es una acción compasiva y amplificadora, lo es también entre nosotros mismos los practicantes. Cuando practico los ejercicios con otros que se acercan a la plaza, hace una diferencia en mi práctica también. Todos nosotros tomamos acciones para clarificar la verdad, para poder llegar con el mensaje de Dafa a quienes lo esperan. Al hacerlo estamos cultivando, lo hacemos desde nuestras realidades cotidianas que es donde practicamos cultivación.

Si sabemos que hay un practicante solo en otro lugar y podemos llegar a él, esa acción es también una acción compasiva. El territorio puro existe para todos quienes practican Falun Dafa y somos todos uno solo. El Maestro ha dicho en una lectura de Florida: Lo que a ti te sucede, me sucede también a mi.

Hace unos días recibí un mensaje de un practicante que vive en Nueva York, el compartía sus debilidades y su entendimiento conmigo y el que lo haga me ayuda enormemente a mirar mis propias debilidades. Sus palabras de aliento son válidas en mi camino. En ese mensaje comentábamos cómo nos olvidamos que la cultivación conlleva también dificultades, dolores, problemas y penas y nuestra tendencia a deshacernos de esos estados para conseguir la comodidad y confort. Como observar en el proceso nuestros apegos y como continuar nuestros estudios para deshacernos de ellos, entendiendo los procesos que vamos pasando.

Nos encontramos muy distantes de China, pero las millas entre nosotros y China no disminuyen el horror que ahí está sucediendo. Nosotros que estamos en lugares propicios para nuestra práctica de cultivación debemos unirnos para enviar pensamientos rectos y para clarificar la verdad. Los practicantes de la zona este de los Estados Unidos envían pensamientos rectos a las 6 y 12 de la mañana y a las 6 y 12 de la noche. Lo que aquí en Buenos Aires sería a las 7 y a la 1. Los invito a que nos unamos a ellos y diariamente enviemos pensamientos rectos a esas horas, desde donde estemos y en lo que sea que nos encontremos haciendo.

Zhuan Falun no sólo nos responde nuestras preguntas, sino es nuestro Maestro guía quien nos habla a través de él.

Saludos a todos los presentes

Mayo 2003, Buenos Aires Argentina

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